Mi muy querida hija, nunca debes olvidar que, a pesar de Mis severas advertencias a la humanidad, guardo un amor muy especial en Mi Corazón por todos Mis hijos.
Es necesario purificar la Tierra ahora, pues si Yo regresara ahora no sería apto para que Yo caminara sobre ella.
Cuando la humanidad haya sido purificada sólo quedarán aquellos con amor por Mí y por Mi Padre Eterno.
Mi generación elegida estará conmigo por toda la eternidad. Este Paraíso ofrecerá 1.000 años de paz, amor y armonía.
Después de este período tendrá lugar la segunda resurrección de los muertos.
Sólo entonces podrá ofrecerse la Vida Eterna a todas las almas, con la Luz de Dios brillando a través de ellas.
¿Por qué dudas, hija mía, no sabes que estas profecías han sido predichas?
Que nadie lo malinterprete. A vosotros, hijos de esta generación, se os dará el Don de vivir en el Paraíso, aún más hermoso que el preparado para Adán y Eva.
La edad será inexistente, ya que el hombre vivirá en paz con familias de generaciones.
Tanto amor y disfrute serán algo cotidiano. Finalmente, se os concederá una paz verdadera y duradera en vuestras almas.
¿Por qué no sería posible? Esta es la Tierra que fue planeada por Mi Padre, Cuya Divina Voluntad será, por fin, finalmente realizada en la Tierra, como lo es en el Cielo.
Alegraos todos. Hay que dar la bienvenida al Nuevo Paraíso con entusiasmo y expectación.
No habrá muerte, ni enfermedad, ni pecado. Se te dará el Don de la felicidad eterna.
Reza por aquellos que, a través del pecado y la desobediencia, perderán cualquier derecho a su legítima herencia, que fue planeada por Mi Padre Eterno desde el principio de los tiempos.
